- Home
- Consejos Útiles
- Descubre las fachadas...
La arquitectura modernista de Praga está entre las mejores de Europa, pero la mayoría de los visitantes solo ven los monumentos más conocidos. Más del 78% de los turistas pasan por alto las fachadas más impresionantes simplemente porque no saben dónde mirar. Es frustrante volver a casa y descubrir que pasaste junto a auténticas obras maestras, especialmente cuando motivos florales y mosaicos dorados se esconden a solo metros de las rutas turísticas más concurridas. Para vivir de verdad la época dorada de Praga, hay que entender cómo arquitectos como Jan Kotěra y Osvald Polívka integraron su obra en barrios residenciales. No se trata solo de edificios bonitos, sino de descifrar un lenguaje visual lleno de simbolismo que convierte un simple paseo en una búsqueda del tesoro.

Por qué pasan desapercibidas las fachadas modernistas
El reto comienza con el paisaje urbano de Praga. A diferencia de París o Bruselas, donde los edificios modernistas dominan barrios enteros, en Praga las obras maestras se esconden entre casas barrocas y bloques modernistas. Los detalles clave pasan desapercibidos: las típicas curvas en forma de látigo suelen aparecer solo en los pisos superiores, mientras que las plantas bajas albergan cafés o farmacias sin mayor interés. Las leyes de preservación local añaden complejidad: muchas fachadas cambiaron de color, con tonos pastel originales ocultos bajo capas de hollín antes de su restauración. Empieza fijándote en las puertas; los arquitectos modernistas las trataban como 'joyeros', enmarcándolas con herrería intrincada y vidrieras. Observa también las esquinas de los edificios: los bordes redondeados con rostros femeninos o motivos de pavo real son señales claras del estilo. Lleva un filtro polarizado para el móvil; ayuda a reducir los reflejos y revelar los detalles ocultos de los mosaicos con la luz del sol.
La ruta local para cazar fachadas sin turistas
Deja atrás la concurrida Národní třída y explora Vinohrady, un barrio residencial donde calles como Slezská y Francouzská muestran una creatividad sin límites. Aquí encontrarás el Hotel París (1904), con sus formas orgánicas doradas, y la poco conocida Casa Fanta en el número 102, cuyo balcón está sostenido por un gigante de piedra. Pocos saben que en su patio interior hay un pavo real de vidriera desplegando su cola. Para un recorrido estratégico, empieza en la Casa Municipal y camina hacia el sureste siguiendo la 'Línea Verde', una ruta imaginaria que recrea el paseo de la élite de principios del siglo XX. Paradas imprescindibles incluyen la Casa Peterka (el primer edificio modernista de la ciudad), con su fénix sobre la Plaza Wenceslao, y el olvidado Palacio Adria cerca de la Plaza Jungmann, donde símbolos del zodiaco bailan en su fachada. La luz de la mañana es ideal para apreciar estos detalles.
Descifrando los símbolos ocultos en las fachadas
Cada vid, girasol o lirio en las fachadas de Praga esconde mensajes de principios del siglo XX. Los arquitectos usaban elementos botánicos como rebelión contra el industrialismo: los lirios representaban pureza en una época de tensión política, mientras que las amapolas simbolizaban el sueño de la independencia checa. La fachada del Hotel Central esconde una narrativa especialmente ingeniosa: sus peonías en cascada (prosperidad) se entrelazan con cardos (protección), reflejando los deseos del dueño para su negocio. Para 'leer' los edificios como un local, fíjate en las repeticiones: los tulipanes recurrentes sugieren influencia húngara, mientras que las hojas de roble y bellotas reflejan identidad eslava. No te pierdas el edificio de la compañía de seguros en la calle Spálená: sus figuras femeninas sostienen no solo flores, sino colmenas (comunidad) y ruecas (vida doméstica). Estos detalles convierten la arquitectura en una forma de contar historias.
Fotografiar fachadas modernistas como un profesional
El modernismo de Praga destaca por sus detalles intrincados, un reto para las cámaras de móvil. El truco está en el momento y el ángulo: dispara entre las 10 y las 11 de la mañana, cuando la luz rasante crea sombras naturales que definen las formas. Para la famosa fachada del Hotel Europa, colócate en diagonal al otro lado de la calle para comprimir la perspectiva y hacer que sus ventanas curvas parezcan ondular. Al fotografiar elementos dorados, como los del Topičův dům, activa el modo HDR y enfoca en la zona más oscura para evitar sobreexposiciones. Los locales saben que los días nublados son ideales para capturar las gradaciones sutiles de los azulejos de mayólica, especialmente en edificios como el Hotel Juliš. Lleva un reflector plegable en la mochila; hasta una servilleta blanca puede rebotar luz en las puertas oscuras para revelar mosaicos ocultos.