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Los mercados navideños de Praga transforman la ciudad en un cuento de invierno, pero las aglomeraciones y las trampas turísticas pueden arruinar la magia. Más de 2 millones de visitantes llegan cada año a la Plaza de la Ciudad Vieja, y muchos se van decepcionados por los recuerdos caros y las experiencias poco auténticas. El verdadero reto no es encontrar los mercados, sino descubrir dónde van los locales por el mejor pan de jengibre, qué puestos ofrecen artesanías bohemias genuinas y cómo disfrutar de las luces sin empujones. Además, el frío y la saturación de opciones pueden complicar la experiencia. Muchos turistas pasan por alto joyas ocultas, como los puestos de especias en Náměstí Míru, mientras hacen cola por los famosos trdelníks.

Cuándo visitar para evitar multitudes
La hora dorada de los mercados no es exactamente una hora: es entre las 3 y las 5 p.m. entre semana, cuando las luces se encienden pero los locales aún no llegan por su svařák (vino caliente). Ir a la apertura (10 a.m.) significa competir con grupos turísticos, y por la noche hace mucho frío. La primera semana de diciembre ofrece el encanto navideño sin las aglomeraciones. Si vas en fin de semana, elige el domingo por la mañana, cuando las familias checas están en misa. Un tip: el mercado del Castillo es menos concurrido que la Plaza de la Ciudad Vieja y tiene vistas panorámicas para disfrutar con un medovina (hidromiel caliente).
Artesanías checas auténticas
Para distinguir artesanías bohemias reales de imitaciones, busca el logo 'Czech Made', el peso de los juguetes de madera (los artesanos usan madera maciza) y sigue a las abuelas: ellas regatean en los puestos de encaje y cerámica hechos a mano. Los mercados del Castillo de Praga y Vyšehrad tienen mejor calidad que las plazas principales. Para souvenirs comestibles, evita los corazones de jengibre grandes y busca las perníčky (galletas decoradas), que duran meses. Pregunta al vendedor dónde está su taller: los auténticos mencionarán un pueblo checo con orgullo.
Cómo calentarse sin gastar de más
El primer svařák es tentador, pero a 60-90 CZK por vaso, el costo suma rápido. Lleva tu termo: algunos puestos hacen descuento por no usar vasos desechables. Para ahorrar, comparte un vaso y rellénalo con medovina caliente, más económico y sabroso. Prueba el 'starčeský vánoční čaj' (té navideño con ron y miel), que calienta más que el vino estándar. Para comer, busca los puestos de langoš (masa frita) en las afueras del mercado, más baratos que los del centro.
Mercados secretos fuera del centro
Mientras todos van a la Plaza de la Ciudad Vieja, los praguenses prefieren el mercado de Náměstí Míru por su ambiente tradicional y su iglesia. En Jiřího z Poděbrad hay diseños checos vanguardistas junto a artesanías. Para familias, el mercado de Petřín tiene un carrusel vintage y teatros de marionetas. No te pierdes el 'Belén' de la isla Kampa, con animales y talleres de pesebres. Un secreto: los mercados municipales (como el de la Plaza de la República) tienen precios 20-30% más bajos. Termina la noche en el mercado de la Iglesia de San Nicolás, con conciertos de villancicos gratuitos.